En la requisa que hubo ayer en el penal de Mujeres del Buen Pastor llevaron un juguete sexual, un dildo, un vibrador.
Esto provocó:
Vamos punto por punto:
Tener juguetes sexuales significa que una tiene la capacidad de jugar, eso es muy sano. Sobre todo si se está privada de libertad. Ser capaz de abstraerse del entorno y disfrutar es un gesto de salud mental. A algunos señores les da risa; el falocentrismo les hace pensar que quienes usan juguetes sexuales es porque añoran un pene. Las risitas vienen porque la sexualidad de las mujeres (cis) es todavía en 2019 un tabú, porque a muchos hombres (cis) les da risa que las mujeres busquen placer sin ellos, no lo pueden concebir.
Dalena, vamos a actualizar el nombre de los juguetes sexuales, llamarles “consoladores” es machista, no es el deseo de un “pene ausente y lejano” lo que hace que se usen, son las ganas de sentir placer y jugar. Las mujeres nos masturbamos sin necesidad de juguetes, con juguetes, con nuestros dedos, con nuestra imaginación, de muchas maneras. Es increíble como muchos señores tradicionales no soportan que exista una sexualidad sin intervención de pene.
Las lesbianas no son las dueñas de los juguetes sexuales. También los usan las mujeres heterosexuales, las bi de cualquier identidad de género. Hay lesbianas que nunca los usaron, otras usan a veces, otras todavía. Relacionar juguetes sexuales con lesbianas es limitar la extensa vida social de estos objetos. Esa relación “consolador”-lesbiana viene de no soportar la idea de que tatu con tatu es una fiesta.
Hay personas que opinan que las personas privadas de libertad no tienen ningún derecho. La privación de libertad es el castigo previsto por nuestras leyes, no es que están privadas de todos los derechos, pueden educarse, trabajar, tener salud, familia, etc. Hay muchas ganas de tomar revancha contra las mujeres, y entonces se piensa “que no disfruten porque están en la cárcel”. Está siendo difícil todavía la comprensión de los derechos humanos. Y más difícil todavía que el Estado deje de reprimir la sexualidad de las mujeres.
Y pasando del dildo a las lesbianas, ahí la Vice Ministra, Cecilia Pérez, fue entrevistada sobre el tema en el programa AAM y habló del reclamo de visitas íntimas para lesbianas privadas de libertad. Bienvenido sea el juguete, si (además de devolverlo a su dueña) podemos volver a conversar sobre el porqué borraron el reglamento vigente de 2012 de visitas íntimas que sí permite las visitas de personas “del mismo sexo”. Ojalá veamos la luz en medio de este humo, por suerte tenemos vibradores que nos iluminan.
Aireana, septiembre 2019.