Solidaridad con todas personas TLGBIQ que sufrieron los ataques. Sabemos lo que es el miedo, por eso les mandamos un abrazo, queremos ofrecer colaboración y ayuda que requieran, estamos dispuestas a ser convocadas en Hernandarias para la próxima.
Todo nuestro apoyo porque lo que pasó ayer es una herida para toda la comunidad TLGBI del Paraguay (aunque sabemos que la palabra comunidad es discutida, hoy queremos usarla).
Responsabilizamos al intendente de Hernandarias, Rubén Rojas, que trató de prohibir la marcha TLGBI a través de una resolución (3076/19 de la Municipalidad de Hernandarias) inconstitucional.
Recordamos que la Constitución garantiza el derecho de reunión y manifestación en su artículo 32:
Artículo 32 – DE LA LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE MANIFESTACIÓN
Las personas tienen derecho a reunirse y a manifestarse pacíficamente, sin armas y con fines lícitos, sin necesidad de permiso, así como el derecho a no ser obligadas a participar de tales actos. La ley sólo podrá reglamentar su ejercicio en lugares de tránsito público, en horarios determinados, preservando derechos de terceros y el orden público establecido en la ley.
Ante esto, la fiscalía reiteró la libertad de manifestación y dijo que no iban a impedirla.
Eso alentó a estos grupos fundamentalistas que arrojaron piedras, tiraron bombas e incluso un señor, muy lleno de odio, trató de atropellar a la gente con su camioneta.
El intendente, Rubén Rojas, declaró hoy al diario ABC color; “Yo estoy cumpliendo la voluntad de Dios y la comunidad”, es decir, justifica la agresiones con argumentaciones llenas de odio y fanatismo religioso.
Exigimos que se investiguen los hechos y que haya justicia.
Recordamos que nuestro marco con constitucional garantiza la libertad de expresión, de reunión, de manifestación, la pluralidad ideológica.
La manipulación fundamentalista necesita colocarnos a TLGBI como amenaza para justificar las agresiones. Necesitan inducir la idea de que queremos “imponer” para alentar una “resistencia” que en realidad es para mantener una estructura que existe desde la época de la colonia. La represión fue el sistema para nosotrxs de toda la vida. Hace años que salimos a las calles y vamos a seguir saliendo.
Le decimos al intendente de Hernandarias y al de Encarnación que el Estado es aconfesional, que con la religión no se administran los asuntos públicos, que, aunque no le guste, en Paraguay hay gente que no cree igual, ni piensa igual.
Que haya mayorías no significa que se tenga que reprimir a las llamadas “minorías”.
Los derechos humanos se defienden en cualquier parte.
Hablando de mayorías, los grupos fanáticos religiosos no son representativos de las mayorías católicas que son pacíficas y que aman a sus hijas lesbianas, a sus hijos gays, a sus hijas travestis y trans.
No vamos a volver al pasado, no vamos a volver al clóset.