La situación actual del sistema de salud es el resultado de 70 años de desidia con el pueblo, robo, hipocresía. La situación del sistema educativo en derrumbe es el resultado de 70 años de nunca priorizar la educación.
La situación de los pueblos indígenas despojados de sus tierras y de sus derechos, del campesinado violentado y fumigado. Eso es el resultado de 70 años de saqueo, violencia, robo absoluto disfrazado de bondades religiosas e hipocresías patrióticas.
La actitud de los sucesivos gobiernos colorados con los derechos humanos siempre ha sido de postergación infinita. Y no hablemos de nuestros derechos, ni como LGTBI ni como lesbianas, eso ha sido siempre ciencia ficción.
Hemos recolectado alguna migaja en estas décadas porque nunca el Estado es monolítico, porque nos consta que hay personas en la función pública que creen en un Paraguay más justo y hacen lo que pueden desde diferentes instancias, lo hemos visto en educación, en salud, en cancillería, en el ministerio del interior, de la mujer, de la niñez, incluso en el senado o en diputados a lo largo de nuestros 18 años de existencia. Pero eso no es suficiente para una transformación social si las autoridades se enorgullecen de discriminar.
El Paraguay no merece esta condena perpetua de estar secuestrado por unos grupitos que todo lo poseen. Merece y necesita políticas públicas de calidad, inclusivas, realistas que permitan pensar en un modelo de desarrollo social igualitario.
El Partido Colorado nunca jamás pensó en los derechos de nadie, solo en sus propios privilegios.
Es hora de que se vayan.