Chana no buscaba fama. Quería cambiar algo injusto. Quería que las lesbianas tuvieran derechos en un momento en que solo había prejuicios.
Perdió la vida por el camino.
Quedó su lucha, quedó su desobediencia para la posteridad.
Dejó su nombre y su atrevimiento.
Prendió la luz a nuestra historia para que nos situemos en el tiempo.
Ese tiempo que nos nombra, donde existimos desde siempre.
Gracias a muchas nos podemos celebrar hoy.
Por las que tuvieron que callar, por las que se escondieron para sobrevivir, por las que reclamamos, por las que luchamos.
Feliz día de la visibilidad lésbica en Paraguay.